Dos bocas que se tragan sus palabras.

Una conversación fallida y extraña. Una palabra cae de sus bocas y, antes de caer al suelo, se queda sin letras, sin forma. Se propone una solución: una boca habla a través de su cuerpo y la otra a través de los sonidos de su guitarra.

El movimiento del cuerpo se atreve a robar las frecuencias de la música, que, a su vez, osa imitar sus movimientos.

Dejemos que ocurra esta conversación imposible y quizás, en algún momento, sus bocas encuentren las palabras.

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Poesía conmovedora y cruda. «Motus et corps cousu» invita a sumergirse en una contra corriente de emociones.